En primer lugar, el embalaje de cáñamo protege mucho mejor las barricas durante el transporte que la combinación de cartón y plástico de burbujas. Pero la elección del cáñamo va más allá de la protección de nuestras barricas: nuestro embalaje podrá reutilizarse en el viñedo y en la agricultura en general.
Tanto los discos que cubren cada uno de los fondos de nuestras barricas como la banda que protege la panza son reutilizables como sustrato de acolchado.
Colocado al pie de las vides o de cualquier otra producción agrícola, el mantillo de cáñamo protege el suelo de los rayos UV y evita el crecimiento de malas hierbas, pero sobre todo retiene y permite una mejor difusión del agua.
Por último, al descomponerse, este mantillo enriquece el suelo con humus, aportándole todos los nutrientes que necesita, y favorece la presencia de microfauna.
El embalaje de cáñamo está compuesto al 100 % de fibras de cáñamo unidas por un sistema patentado de hidroligado que permite unir las fibras sin utilizar pegamento ni aditivos, ni pesticidas ni OMG, preservando su calidad. El proceso de producción es 100 % mecánico, es decir, no se utilizan productos químicos para fabricar el acolchado.
Es un producto 100 % biodegradable y 100 % biobasado que puede utilizarse en la agricultura ecológica.
¿Cáñamo o cannabis? Ambos términos aluden a la misma especie botánica: cannabis sativa; la diferencia está en la cantidad de THC, una molécula psicoactiva. El cáñamo de uso industrial contiene solo un 0,2 %, mientras que el cannabis contiene entre un 5 % y un 20 %.
Para conseguir este resultado, hubo que manipular genéticamente las cepas de cáñamo.
El término «cáñamo» se utiliza preferiblemente para referirse a la planta industrial y a su fibra vegetal, mientras que «cannabis» se utiliza para denominar la forma psicotrópica, utilizada como droga o con fines médicos.
Nota: en Francia 176 000 ha de cáñamo en 1860; 700 ha en 1960. En la actualidad: 1300 productores y 18 000 ha cultivadas.
La industria del cáñamo es 100 % francesa: Francia es el líder europeo en cáñamo y el segundo productor mundial. Así que el cáñamo que utilizamos es 100 % francés y procede de una explotación de cáñamo situada a menos de 50 km del centro de transformación.
El cultivo del cáñamo está muy regulado y ofrece muchas oportunidades. Se trata de un cultivo sin OMG, sin tratamiento fitosanitario y con cero residuos: todos los materiales del cáñamo se reaprovechan. En el caso del embalaje ECAU, la fibra utilizada representa aproximadamente el 24 % del peso de la planta.
El cultivo del cáñamo se considera un método de cultivo «responsable», que respeta los recursos de aire, agua y suelo. Además, el cáñamo es un excelente descontaminante del suelo por su capacidad de absorber el dióxido de carbono. 1 ha de cáñamo absorbe tanto CO2 como 1 ha de bosque, es decir, 15 toneladas.
La planta necesita muy poco agua y no requiere riego. Esta poca necesidad de agua (el cáñamo consume mucha menos agua que el algodón, por ejemplo) y la ausencia de tratamiento con pesticidas lo convierten en un cultivo ecológico por excelencia.